El amor incondicional es una de las fuerzas más poderosas para la sanación emocional. Sin embargo, muchas veces buscamos este amor en el exterior, sin darnos cuenta de que primero debe surgir dentro de nosotros. El primer paso para sanar la relación con nuestro niño interior es aprender a aceptarlo y amarlo sin condiciones, tal como lo haríamos con un ser querido.
Nuestro niño interior, la parte más pura y vulnerable de nosotros, ha experimentado momentos de dolor, rechazo y desamor. Sanar estas heridas pasa por aceptar esa parte de nosotros con ternura, sin expectativas ni juicios. Es importante recordar que el amor verdadero no depende de lo que hemos hecho, sino de quiénes somos en lo más profundo.
Esta semana, invita a tu niño interior a sentirse seguro en tu abrazo. Dale el amor incondicional que merece. Cuando te aceptas a ti mismo y te brindas ese cariño, creas un espacio de paz y sanación que se refleja en todas las áreas de tu vida. El amor incondicional empieza contigo, y al acoger a tu niño interior, puedes abrir la puerta a una vida más plena y auténtica.
Reflexión:
“El amor incondicional empieza contigo. Hoy, acoge a tu niño interior con cariño, sin expectativas ni juicios”.
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